martes, 29 de enero de 2013

Gracias, árboles

Conectando con aquellas impresiones sobre los árboles (de Augusto Pérez en Niebla, la sabiduría de Thich Nhat Hanh y el discurso de Bárbol), un breve texto para sensibilizarnos con esos seres tan increíbles y desconocidos:

«Aun el hombre común, se puede dar cuenta que los árboles son seres extraordinariamente espléndidos con el ser humano. Nos regalan su belleza en el paisaje, nos transmiten tranquilidad y armonía con sólo verlos, nos permiten descansar bajo su sombra, nos alimentan con sus frutos, nos dan cobijo y comodidades con su cuerpo de madera, nos proporcionan el mismo oxígeno que respiramos; mientras nosotros insistimos en contaminar la atmósfera, ellos luchan incansablemente por limpiarla. No obstante, hay mucho más en la conciencia de los árboles, si es que somos capaces de abrirnos a ella.» (Víctor Sánchez, Las enseñanzas de don Carlos, Gaia, p. 245.) 

Comenta el autor, basándose en experiencias relacionadas con prácticas chamánicas, que los árboles son muy afines a los seres humanos, y que el contacto con ellos (con una adecuada actitud de respeto y encuentro con el otro) resulta sumamente curativo y reconfortante.

En la gran tarea que hay por delante para recuperar la cordura y la relación respetuosa con la tierra y el origen, creo que un buen primer paso es dar gracias a los árboles. Hay tantos de ellos a nuestro alcance, aquí en la ciudad, de esos trasnochadores que iluminan sin que nos demos cuenta, ordinariamente, de su presencia. Hay que darles las gracias, y recordarse a menudo que están ahí, ajenos al ajetreo de estas mentes locas (o tal vez sufriéndolo), pero bien presentes, siendo, dando ejemplo de cómo vivir: sin fingir ser otra cosa que lo que son, dándose, brillando desde dentro, amando.

lunes, 21 de enero de 2013

Revolución interior

Dos textos entresacados de Una llamada al amor, de Anthony de Mello (Sal Terrae, 1991), a propósito de esa "programación" mental que nos tiene totalmente condicionados, privándonos de nuestra genuina libertad, y por tanto de la verdadera felicidad. Ambos me llamaron la atención por tocar la palabra revolución desde un punto de vista muy diferente del usual:

«De lo que necesitas ser liberado es de la opresión de tu "programa". Sólo así podrás experimentar la libertad interior que está en el origen de toda revolución social, porque esa intensísima emoción, esa pasión que brota en tu corazón a la vista de los males sociales y te impulsa a la acción, tendrá su origen en la realidad, no en tu "programa" ni en tu ego.» (p. 22)

Hoy en día se vuelve a hablar mucho de revolución, dado el ambiente opresivo que estamos viviendo, ahora que el sistema capitalista, condenado al derrumbe inminente, da sus últimos coletazos, quitándose la careta y multiplicando el sufrimiento que viene produciendo desde hace tanto tiempo. El punto de vista que aporta Anthony de Mello aquí me parece fundamental para que todo esfuerzo revolucionario tenga garantía de ser eficaz: no partir tanto de los esquemas mentales o ideológicos, como de la libertad interior de la programación cultural y del ego. ¿Cómo llegar a ese punto de libertad? Bueno, de eso trata el libro. El autor da muchos consejos en ese sentido, y muy buenos para la reflexión y la introspección, creo yo. También nos pinta muy detalladamente nuestra situación vital de esclavitud, a veces muy duramente, como en la otra cita a la que me refería, en la que volvemos a la imagen de la revolución:

«Reconoce que estás encerrado entre los muros de una prisión y que tu mente se ha quedado dormida. A la mayoría de las personas ni siquiera se les ocurre verlo, por lo que viven y mueren "encarceladas". Y la mayoría también acaba siendo conformista y adaptándose a la vida de dicha prisión. Algunos salen "reformadores" y luchan por unas mejores condiciones de vida en la prisión: una mejor iluminación, una mejor ventilación... Y casi nadie se decide a ser un rebelde, un revolucionario que eche abajo los muros de la prisión. Sólo podrás ser revolucionario cuando consigas ver, antes que nada, dichos muros.» (p. 49)

Dado que el mundo es un reflejo de la conciencia o, dicho de otra forma, dado que el hombre crea el ambiente, seguro que será bueno que nos apliquemos a "ver los muros de la prisión" y a derribarlos, primero de todo, en nuestra propia mente y en nuestra propia experiencia. Una revolución que empiece en metanoia, en la propia transformación, en la conversión del corazón, en la recuperación de la libertad y la liberación de la programación, será una revolución imparable.

domingo, 6 de enero de 2013

El hombre crea el ambiente

Una cita procedente del ámbito islámico:

«No sólo nuestras alegrías y pesares no son más que falsas sensaciones sugeridas por antiguas costumbres ancestrales, sino que son las mismas convenciones sensoriales de los hombres que le han conferido a la materia el aspecto que hoy día posee. No es que el ambiente haya creado al hombre: en realidad es el hombre que ha creado el ambiente con una especie de cristalización exterior del contenido de su conciencia…» (‘Abdul-Hâdî, Páginas dedicadas al sol [vía Baldanders]).

Leí la misma idea en su día a Guénon, y también en boca de don Juan, en los libros de Castaneda, y creo que tiene relación con el tema de la realidad consensuada: la sociedad determina de común acuerdo la realidad que perciben sus miembros, en un esfuerzo agotador que les deja sin apenas energía para percibir una realidad más amplia. Puede que este asunto tenga que ver con el concepto guénoniano de la solidificación progresiva del mundo.

Pero quedándonos con la cita del sufí sueco (también llamado Ivan Aguéli), me recuerda mucho a esto otro que dice, con un lenguaje diferente, Eckhart Tolle, refiriéndose a las profecías tradicionales sobre "un nuevo cielo y una nueva tierra":

«Aquí tenemos que comprender que el cielo no es un lugar físico, sino que se refiere al reino interior de la conciencia. Este es el significado esotérico de la palabra, y también es el significado que tiene en las enseñanzas de Jesús. La tierra, por su parte, es la manifestación externa con forma, que siempre es un reflejo de lo interior. La conciencia humana colectiva y la vida en nuestro planeta están intrínsecamente conectadas. "Un nuevo cielo" es la emergencia de un estado transformado de la conciencia humana, y "una nueva tierra" es su reflejo en el plano físico. Como la vida humana y la conciencia humana son intrínsecamente una unidad con la vida del planeta, cuando la vieja conciencia se disuelva tendrá que haber trastornos naturales geográficos y climáticos, sincrónicos en muchas partes del planeta, y ya estamos presenciando algunos de ellos.» (Eckhart Tolle, Un nuevo mundo, ahora, cap. 1).

No sé en qué medida estas dos citas expresan la misma realidad, pero creo que van a lo mismo. Si bien es verdad que Tolle no habla de los cambios que hubiera podido haber en el pasado en ese sentido, me parece que lo que dice sobre la influencia en el ámbito físico del cambio de conciencia que se está empezando a producir hoy sería aplicable también a otros momentos de la historia.

Es cierto que ahí entramos en el terreno de la especulación, puesto que seguramente no tenemos pruebas válidas para el pensamiento racional, y puede ser un terreno fértil para la fantasía. Pero, aunque es una noción que resulta muy extraña al pensamiento moderno, parece formar parte de la sabiduría común a las diversas tradiciones espirituales. Me parece que es de esas cosas que quedan fuera de la estrecha comprensión de la conciencia mental-racional y se clarifican desde un punto de vista integral. De todos modos, seguramente verificarlo no es una tarea de las más acuciantes, no lo sé.

Sin irse demasiado lejos (aunque puede ser un tema apasionante, si uno se atreve a poner entre paréntesis las convenciones de la cultura científica), uno puede quedarse con un mensaje sencillo: mi mirada configura mi experiencia vital; el mundo refleja la conciencia, las vivencias externas responden en el fondo a las expectativas íntimas. Es fácil (o no tan fácil, según) ver esto respecto a lo personal, lo individual, mediante la introspección.

¿Y a nivel macrocósmico? Que el mundo está cambiando lo puede ver cualquiera. Que esos cambios (y los venideros, sean más espectaculares, o no) responden a un cambio de conciencia de la humanidad, se diga con el lenguaje que se prefiera, será algo que ya iremos comprobando, seguro.

viernes, 4 de enero de 2013

retorno

Después de abrir tres nuevos blogs durante el año pasado (Dreamfolk, Bajoscuro, Una hoja vacía), que contenían respectivamente las nuevas entradas que escribía sobre música, creación literaria y reflexión; después de cerrar el segundo y el tercero y reunirlo todo en Dreamfolk; al final, he vuelto a separar los contenidos y he continuado Bajoscuro; y he optado por recuperar Candelero y archivar aquí las entradas de Una hoja vacía (me ha parecido lo más natural y lo más práctico, después de todo).

Resumiendo:

Candelero: diario de lectura y reflexión. Lo que publiqué en Una hoja vacía, ahora está aquí. Y continuará actualizándose, supongo.

Bajoscuro: laboratorio de creación diversión literaria. Cuentos, poemas, etc.

Dreamfolk: reseñas de música (y sobre todo, prácticas de traducción al inglés :) )

Estas son las nuevas entradas que he traído desde Una hoja vacía:

"Carta abierta a un amigo: Sobre Origen y presente"
"Origen y presente: Prefacio"
"El séptimo sello"
"El asunto de la muerte"
"Notas sobre Carrie"
"Siete razones para la lucha social"
"Interpretar los sueños"
"Pasar por adultos"

Es un buen momento (como otro cualquiera), pero uno curioso, ahora que casi nadie lee blogs, sobre todo de los pequeñitos como este. (Me incluyo: leo muy poco blogs, aunque aún sigo a unos pocos conocidos.) Se nota poca o ninguna actividad en algunos de los que seguía cuando esto estaba más animado: la añorada Mítica de Toni (cuyos poemas se pueden leer sin embargo en Carmina Inconclusa y en Sonja la Roja), Pensamientos de un caósofo de Pola (que de vez en cuando escribe algo en su espacio compartido Nekámu), Baldanders de Mahatma, Imaginatio Vera y algunos otros. Hernán sigue actualizando con un ritmo menor pero con igual calidad en Esperando nacer, y lo mismo Hiniare en La mano blanca de la luna. Pseudópodo sigue bastante activo. Hay otras nuevas bitácoras que he descubierto hace poco, muy interesantes: Phantastika, Camino a Gaia, Fractales, Fragmentalia. Pero en general los blogs están de capa caída, sí. ¿Por qué será?