martes, 4 de diciembre de 2012

Pasar por adultos

«Cuando dejamos la infancia y entramos en el mundo de los adultos, se nos exigió que dejáramos de ser auténticos hasta cierto punto. Hablando de forma sencilla, aprendimos a decir "no" cuando queríamos decir "sí" y "sí" cuando queríamos decir "no". Un adulto es, dicho en pocas palabras, un niño en resistencia. Para pasar por adultos, tenemos que estar resistiéndonos constantemente a ser auténticos. Somos por naturaleza seres espontáneos, alegres y creativos, por lo que cualquier otro estado del ser que representemos no será auténtico. Será un drama y, qué duda cabe, resistencia. Para cuando estamos ya bien adentrados en la experiencia de la edad adulta, somos tan competentes en no ser auténticos que identificamos el estado de pretensión y apariencia como de comportamiento normal. Todos hemos escuchado decir a los niños: "Vamos a fingir que somos...", o: "Vamos a simular que somos...". Lo que en realidad están diciendo es: "Vamos a ser como los adultos".»

Del libro El Proceso de la Presencia, de Michael Brown.

2 comentarios:

  1. Qué bueno, Dani. A menudo he dicho por ahí que sólo somos niños jugando a ser adultos. Interpretando un papel, siguiendo las reglas de un juego... Y olvidando luego que sólo somos niños. El niño asoma de vez en cuando, aburrido de su ostracismo. A veces se le celebra, por que trae ilusión renovada para continuar el juego. Otras no tanto, porque se demuestra egoísta y, si siente que está perdiendo, quiere abandonar el juego o saltarse las reglas.

    Un abrazo, Dani. Soy Toni, por si no me reconoces de esta guisa :)

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  2. Hola Toni. Siempre ahí el niño, le hagamos caso o no, mirando con esas dos caras que comentas, con sus luces y sus sombras. Yo creo que la vida, la vida natural sin los artificios del adulto, es un juego, y de niños lo supimos, pero un juego inocente y sin objetivos, distinto de este otro que jugamos. A lo mejor es como dices y la cosa es que hemos olvidado que estamos interpretando un papel.

    ¡Un abrazo!

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