miércoles, 19 de noviembre de 2008

Dos almas

Hojeando un libro de cuentos de Clarín que he de releer, me he topado con este fragmento que subrayé en su momento:

«Parece que hay dos almas –se decía a veces–; una que se va secando con el cuerpo, y es la que imagina, la que siente con fuerza, pintorescamente; y otra alma más honda, más pura, que llora sin lágrimas, que ama sin memoria y hasta sin latidos... y esta alma es la que Dios se debe de llevar al cielo.»

Leopoldo Alas "Clarín", "Doña Berta".


"Una que se va secando con el cuerpo"... Me parece una imagen poderosa. Todo esto no es más que una manera de hablar y no se trata de creerse el dualismo, claro; pero me parece que da una idea bastante aproximada de ese falso yo con el que nos identificamos, ese que se escapa de la realidad y sufre.

"Y otra alma más honda": ¿el hondón del alma?

"Que llora sin lágrimas": ¿que es capaz de sentir tristeza y dolor sin sufrir?

"Que ama sin memoria y hasta sin latidos": sin apego, entiendo, y por tanto sin sufrimiento, sin pérdida. A veces unas pocas palabras sobre el amor tienen mucho más sentido que todo un tratado teológico.

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