Por fin los políticos están de acuerdo en algo:
todos quieren estar en el club de los poderosos.
Veo la imprecisión, la falsedad, la injusticia de las palabras. ¿Bastará, para evitarlo, con añadir que "sí, salvo honrosas excepciones", o cambiar "todos" por "los dos"? Excepciones siempre las hay, y "los dos" es demasiado obvio y no menos injusto que "todos", e igualmente impreciso.
No hay remedio. Las palabras son lo que son: toda fidelidad a la realidad es ficción. Como en la política y en los medios. No se les puede pedir demasiado.
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