viernes, 14 de diciembre de 2007

Unanimidad

Decía San Pablo en la misa del domingo (Rm 15, 4-9):
«Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, como es propio de cristianos, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.»
Me llamó la atención ese estar de acuerdo entre todos, esa unanimidad que se pide. Alguien –sobre todo hoy, pues esto es algo que choca al individualismo– podría objetar algo así como: ¿acaso los cristianos deberían opinar todos igual, rendir sus opiniones particulares en pro de la unanimidad? Pues creo que no se trata exactamente de eso. Es decir, me parece que no se pide que los cristianos piensen igual o tengan las mismas ideas ni que se subordinen a la autoridad de una opinión particular, sino que piensen cada vez más en el otro; esto implica a veces renunciar a la defensa de lo que yo pienso que está bien y se tiene que hacer, para escuchar lo que otros, también legítimamente, tienen que decir. Así, se pide colaboración, coinspiración, dialogar para llegar a un acuerdo. Es un acuerdo, una armonía que Dios concede, una unanimidad que es para dar gloria a Dios al unísono, esto es, siendo todos uno en Cristo, siendo nosotros no desde el pequeño yo que se opone a los otros, sino desde esa apertura a un nivel profundo donde hay unidad y acuerdo, más allá de las diferencias superficiales.

La traducción de la Biblia de Jerusalén aporta un matiz algo diferente que quizá arroje algo más de luz sobre el asunto:
«Y el Dios de la paciencia y el consuelo os conceda tener los unos para con los otros los mismos sentimientos, siguiendo a Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.»
Ya no parece que se hable tanto de "estar de acuerdo" en el sentido que se le da a la expresión por lo común como de sentimientos, actitud, inclinación, disposición. Aquí está más claro que se pide esa apertura al otro desde el corazón. Pablo insiste en esto mismo a continuación:
«Por tanto, acogeos mutuamente como os acogió Cristo para gloria de Dios.»
Amarse los unos a los otros como Cristo nos amó: esto es lo propio de los cristianos, y también de cualquier ser humano que se abre a su realidad más profunda.

1 comentario:

  1. Comentarios a la entrada en su anterior ubicación:


    Autor: hernan

    Que la expresión "estar de acuerdo", en su origen y en ese párrafo, significa mucho más que lo que asume el uso moderno (coincidencia de opiniones o juicios), y que las dos traducciones apuntan a lo mismo, puede verse, creo yo, desde la misma etimología: "estar de acuerdo" viene de "acordar" (con "concordia" como sustantivo afín y "discordia" como antónimo); y, por supuesto, la raíz es cordis=corazón

    Fecha: 15/12/2007 23:53.


    Autor: Daniel

    Es verdad, no me había dado cuenta de la etimología de "acuerdo". Gracias por el dato; qué importante resulta leer con atención para calar bien lo que se dice. Parece que el "estar de acuerdo", pues, se ha trasladado en el uso común del corazón a la cabeza.

    Fecha: 16/12/2007 23:18.


    Autor: loiayirga

    HE llegado aquí a través del blog de pseudópodo. Me parece muy bonito el dibujo del arbol florecido que has elegido para la cabecera de tu blog.

    Fecha: 23/12/2007 11:41.


    Autor: Daniel

    Gracias por tu visita, loiayirga. El dibujo es de una portada de la revista Nuevo Mundo, de 1924.

    Fecha: 24/12/2007 10:48.


    Autor: Filousia

    Candelero, "estamos de acuerdo" ;-) Y amarse, además, es el único camino posible. Felices fiestas,
    F.

    Fecha: 24/12/2007 16:50.


    Autor: Daniel

    Luz para el camino, Filousia, y feliz Navidad.

    Fecha: 24/12/2007 18:44.

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