sábado, 24 de marzo de 2012

Origen y presente: Prefacio

Esto lo escribí hace unos meses, cuando empecé a leer el libro Origen y presente, de Jean Gebser, con la idea de ir anotando en un blog mis impresiones durante el proceso de lectura, tal como expliqué en el último post. Fue la primera y última (por ahora) de esas notas.

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"El origen siempre está presente. No es un comienzo, puesto que todo comienzo está ligado al tiempo. Y el presente no es el mero ahora, el hoy o el instante. No es una parte del tiempo, sino un resultado integral y, en consecuencia, siempre originario. Quien sea capaz de llevar a efecto y a la realidad el origen y el presente como integridad, quien sea capaz de concretarlos, superará el principio y el fin y el mero tiempo actual."

Casi nada. Así comienza el prefacio de Jean Gebser a su obra Origen y presente. Hay que leerlo unas cuantas veces para empezar a enterarse. En un párrafo está diciendo algo muy fuerte y profundo, que desestabiliza por completo la concepción habitual de la realidad. El origen siempre está presente. Es decir, en todo momento, ayer, hoy, mañana y el año que viene. Luego el origen no tiene que ver con el tiempo, con nuestro tiempo lineal, el tiempo de la cabeza, del pensamiento discursivo, del lenguaje, de la sucesión. Lo que está ligado al tiempo es el comienzo y el final. Todo lo que tiene un comienzo, tiene un final. Lo fenoménico empieza y termina, las personas, los seres vivos, las cosas, nacen y mueren en ese nivel. Pero el origen no es un comienzo, por tanto está más allá de ese proceso inexorable que afecta a las cosas en el mundo manifestado. No está limitado por el tiempo. Entonces, ¿qué es el origen? Dicen que las preguntas son mucho más importantes que las respuestas. Como no tengo respuesta, quedémonos con la pregunta.

"El presente no es el mero ahora, el hoy o el instante", dice. Es decir, que no es una parte del tiempo, no es un segmento de tiempo, ni pequeño ni grande. Luego el presente no tiene extensión en el tiempo, es decir, hablando propiamente, no tiene duración. No es "el mero ahora", de acuerdo, pero también podemos decir, supongo, que es el Ahora. Lo del "resultado integral" se me escapa. ¿Resultado de qué? Habrá que esperar a más adelante para aclararlo. Pero imagino que se refiere a que el presente no se limita a un segmento de tiempo, sino que es la integridad de todo tiempo, la totalidad de lo que es, más allá de las limitaciones ilusorias de pasado y futuro. Como el presente no es una parte sino el todo, como no está limitado por el tiempo, "es siempre originario". Creo entender que el presente, entonces, es constantemente originado. En otro lenguaje: Dios está creando el mundo instante tras instante. Entonces, el presente no es consecuencia de un tiempo anterior, puesto que el presente abarca todo tiempo. El origen es lo que origina el presente. El origen está siempre en el presente. ¿Voy bien, señor Gebser? Ya lo iremos viendo.

Es complicado, difícil de penetrar. Y es profundo y resuena. Está diciendo, me parece, lo mismo que las tradiciones espirituales. La última frase, de hecho, parece una invitación a andar el camino (emprender la búsqueda, realizar la Gran Obra, etc.). Invita a "llevar a efecto y a la realidad", a "concretar", el origen y el presente como integridad. Con otras palabras, podríamos decir que se trata de actualizar la naturaleza esencial, ¿o también trascender las limitaciones del ego, que es, parece ser, donde opera el tiempo? Quien lo haga, "superará el principio y el fin y el mero tiempo actual". Es decir, será libre de las ataduras del tiempo y del nacer y morir. Pero esto no es un logro de algo externo, no es algo que conseguir, puesto que si uno puede superar el tiempo, eso significa que el origen está ya en él como algo a actualizar, o que vive en el origen, es decir, desde siempre y para siempre, sólo que en su estado actual está limitado por el tiempo a cierto nivel, debido a razones que el autor, supongo, explicará más adelante con su lenguaje.

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