¿Por qué escribir? Si me hago esa pregunta, tengo la sensación de que lo tengo aún menos claro que Paul Auster en su muy recomendable reciente discurso. No estoy seguro de compartir su declaración de la inutilidad del arte, pero creo que su intuición es un acierto en cuanto al proceso de creación. "Hacer algo por puro placer, por la gracia de hacerlo", dice. Creo que el arte, como la vida, sólo marcha realmente bien cuando se acomete como juego, sin motivaciones, sin expectativas. En consecuencia, de nada sirve conceptualizar, buscar fines. O escribo, o no escribo. En el discurso, atribuye el escritor un valor especial en su actividad a la "necesidad" de crear. Tampoco estoy seguro de poder decir lo mismo, pero sí siento un impulso de expresar.
Voy a intentar seguir escribiendo en este blog desde la actitud siguiente: para nada y para nadie, sin dirección predeterminada. Los contenidos serán más variados, con mayor presencia de la reflexión; las formas, menos restrictivas. Me alegraría que surgiera conversación en los comentarios, por lo que renuevo la invitación a participar a todo aquel que lo desee.
Ah, hoy es la fiesta de Todos los Santos. Enciendo una candela.
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