Un fragmento de Niebla, de Miguel de Unamuno:
–Eso, cristiano, o simplemente... ¡un ser humano!
«–¡Bravo! –exclamó el tío– ¡bravo! ¡bravo! ¡He aquí un héroe! ¡he aquí un anarquista... místico!–Pero don Fermín, lo que usted quiere ser es cristiano.
–¿Anarquista? –dijo Augusto.
–Anarquista, sí. Porque mi anarquismo consiste en eso, en eso precisamente, en que cada cual se sacrifique por los demás, en que uno sea feliz haciendo felices a los otros, en que...
–¡Pues bueno te pones, Fermín, cuando un día cualquiera no se te sirve la sopa sino diez minutos después de las doce!
–Bueno, es que ya sabes, Ermelinda, que mi anarquismo es teórico... me esfuerzo por llegar a la perfección, pero...»
–Eso, cristiano, o simplemente... ¡un ser humano!
Los anarquistas, pues, luchaban, sobre todas las cosas, por la libertad. Pero aquí se presenta el grave
ResponderEliminardilema. Estos severos moralistas, estos hijos del imperativo categórico desaprueban la organización actual
de la sociedad. Pero ¿qué es lo que piden? Piden que todo el mundo sea libre. ¿Libre para qué? Libre para
vivir una vida natural, para alimentarse de frutas y verduras, para trabajar en las granjas colectivas, para
conducirse de la manera que los anarquistas consideran adecuada. Pero si esas cosas no le importan, si
quiere beber vino, e ir a misa, y cavar en su propio campo y rehúsa los beneficios aportados al mundo por
el comunismo libertario ¿entonces, qué? Entonces, se trata de uno de los malos, de los perversos,
susceptible tal vez de curación, pero, si no proviene de una familia de trabajadores, lo más probable es
que esté corrompido y viciado por la educación o por la herencia, y, por consiguiente, no es digno de
tomar parte en el paraíso anarquista. Una bala en la cabeza para este compañero —sin odio, naturalmente,
sin odio. Incluso puede fumar un último cigarrillo antes de morir. Después de todo, compañero,
la muerte no es nada.
¡Ah, pero es que el anarquismo de don Fermín es teórico! Se esfuerza por llegar a la perfección pero...
ResponderEliminarGracias por el comentario, amigo Anónimo.